“Con clásica, con lo último de Rosalía o en clave chill out , pero se me queda mejor todo”. Podemos coincidir con esta afirmación o, por el contrario, pertenecer al grupo de los que necesitan silencio absoluto durante la lectura y el estudio. A muchos les molesta la voz del cantante, pero mejoran su concentración con piezas instrumentales. Otras personas disfrutan de un texto si lo acompañan con un fondo de ópera. Tenemos, por tanto, una gran variedad de preferencias y de resultados. Quizá la ciencia tenga algo que decir: ¿mejora nuestras capacidades cognitivas la música? Si la evidencia científica diera una respuesta afirmativa a esta pregunta muchos padres saldrían derrotados de la batalla diaria con sus hijos adolescentes. La escena se repite cada tarde en miles de hogares: el hijo hace las tareas de clase con la música a todo volumen. El motivo del enfado, además de las molestias ajenas y propias, es el firme convencimiento de que en esas condiciones acústicas es impos...
Comentarios
Publicar un comentario